sábado, 24 de abril de 2010

Explica el arte musulmán.-

“En música tocaban la viruela”.
(1º ESO. Junio 98)


Respuesta correcta
En el arte árabe se pueden destacar varias escuelas: Siria y Egipto, Persia y Mesopotamia, Turquía, India, Mediterráneo occidental —es la más importante—. Pese a estas múltiples escuelas se pueden determinar unas características comunes. Los preceptos coránicos le impiden el desarrollo de las artes figurativas, escultura y pintura. Las representaciones icónicas se reducen a las artes menores y miniatura. Es, por tanto, en la arquitectura donde se hallan las principales manifestaciones del arte árabe; pero el Islam no crea un estilo arquitectónico propio, sólo adapta los ya existentes a sus necesidades, aportando una brillante ornamentación que es la característica esencial de su arquitectura —geométrica, de lazos complicadísimos formando estrellas, triángulos u otras figuras con un repertorio variadísimo; decoración epigráfica, vegetal (hoja de palma estilizada).
Usan muy poco la piedra —salvo en Egipto—, prefieren el ladrillo recubierto con una capa de yeso y como soporte el pilar de ladrillo y la columna. El arco preferido es el de herradura, al que se añadirán el de herradura apuntado, lobulado, mixtilíneo, etc. La cubierta de madera y se emplea la bóveda y la cúpula.
El edificio típico de la arquitectura árabe es la mezquita o templo. Tiene un gran patio y una gran sala orientada hacia La Meca, cuyo muro de fondo es la quibla, en la que se abre el mihrab (santuario) y junto a éste el almimbar (púlpito). En el exterior destacan los minaretes o alminares, desde los que el muecín o almuédano anuncia los cultos.
El arte árabe Mediterráneo occidental —comprende toda la costa africana, desde Tunicia a Rabat, España, Sicilia y el sur de Italia— es muy importante ya que sirvió de transmisor de no pocas formas orientales al arte cristiano occidental.
Dado que es en España donde tenemos los monumentos más importantes, se pueden considerar cuatro períodos fundamentales: cordobés (VIII-X), reinos taifas (XI), dinastías africanas (XII-XIII) y nazarí o granadino (XIV-XV).
1.- Período cordobés. Al invadir los árabes la Península adoptan muchas de las formas utilizadas por los visigodos, a las que dota un sentido estético propio. El arco característico es de herradura semicircular, más cerrado que el visigodo, en el siglo X usan el arco lobulado. En las cubiertas, bóvedas de cañón. El edificio fundamental es la mezquita de Córdoba, fruto de la reforma y ampliación de la basílica visigoda de San Vicente. En el año 784, Abderramán I la transforma de iglesia de cinco naves en mezquita de once, en ella vemos ya la típica superposición de arcos —los superiores de medio punto, y los otros de herradura—. Con posterioridad fue sometida a diversas ampliaciones (Abderramán II, Alhaquen II, Almanzor).
También corresponden a esta etapa el magnífico palacio de Medina Azahara, la mezquita de Cristo de la Luz en Toledo —de planta cuadrada, cubierta por el más rico repertorio de bóvedas de nervios—, la mezquita de Tudela y en África la gran mezquita de Cairuán, en Tunicia.
2.- Reinos taifas. Sobresale la construcción del palacio de la Aljafería de Zaragoza —sólo se conserva un pequeño oratorio y buen número de piezas en los Museos de Zaragoza y Arqueológico Nacional de Madrid—. Usan el arco mixtilíneo (sectores rectos, curvos y lobulados que se entrecruzan y se superponen con finalidad únicamente decorativa). También corresponden a esta época buena parte de las murallas de Toledo, así como las Tornerias, en la misma ciudad y la magnífica Alcazaba de Málaga.
3.- Dinastías africanas. Con la llegada de los pueblos africanos —almorávides y almohades—, éstos emplean el ladrillo, como soporte el pilar y sobre todo el arco de herradura apuntado con fines constructivos, para la decoración el lobulado; en la cubierta la bóveda de nervios manteniendo la característica de no cruzarse en el centro de la bóveda. Al período almorávide corresponde en África las mezquitas de Tremecén, Argel y Fez. Al almohade, es Sevilla la capital artística, donde se construyó a fines del siglo XII una magnífica mezquita, en el lugar donde hoy se emplaza la catedral, de la que se conservan algunos restos y el magnífico alminar conocido por la Giralda. También se conserva la Torre del Oro, a orillas del río Guadalquivir, que formaba parte del conjunto defensivo del Alcázar. De esta etapa, en África, se conservan algunas mezquitas.
4.- Período granadino.- Se acentúa el sentido decorativo. Usan un nuevo tipo de soporte, la columna de basa ática y el fuste liso rematado en varios collarinos y capitel compuesto. El arco característico es el de medio punto peraltado y la bóveda de mocárabes (Salas de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas). El edificio característco es la Alhambra de Granada, construida en su mayor parte en el siglo XIV, que comprende dos núcleos fundamentales: el Cuarto de Comares —integrado por el Patio de los Arrayanes o de la Alberca— y el de los Leones —tiene una fuente en el centro con taza sostenida por leones, la Sala de los Abencerrajes y la Sala de Dos Hermanas, que conduce al Mirador de Daraja, la Sala de comunicación con el Patio de los Arrayanes y la Sala de los Reyes—. También corresponde a esta etapa el Generalife, frente a la Alhambra, residencia veraniega de los monarcas nazaríes.
El arte mudéjar —morisco— es el que emplea formas y técnicas árabes en tierras cristianas, las cuales se funden con las formas y técnicas de la arquitectura cristiana. Sus características son: emplean materiales pobres, mampostería o ladrillo, preocupación por la decoración. Se desarrolló en los siglos XII al XV y se pueden distinguir dos etapas fundamentales: románico-mudéjar (72) y gótico-mudéjar (73) (Castilla, Andalucía y Aragón).



(72) Posiblemente surgió en Toledo, pero sus construcciones más relevantes se localizan en Castilla y en León. Usan el ladrillo en muros de gran espesor, reforzados con arquerías, el pilar como soporte y la cubierta de madera... Son de planta románica, de una o tres naves con ábsides semicirculares, la torre generalmente en la cabecera y cuadrada. Entre las edificaciones más importantes destacan las iglesias de San Román (1221), Santiago de Arrabal, Lugareja (Arévalo); las torres de San Martín de Arévalo, San Nicolás en Madrigal de las Altas Torres. En la comarca leonesa, el grupo centrado en Sahagún, con las iglesias de San Lorenzo y San Tirso.
Además, las arquerías del claustro de San Juan de Duero (Soria), las bóvedas califales de San Millán y la Veracruz de Segovia y de la iglesia del Santo Sepulcro, en Torres del Río (Navarra).

(73) 1. Castilla.- Su centro fundamental se centra en Toledo. Se caracteriza por la relativa escasez de decoración en los muros exteriores, que contrasta con la riqueza interna. Sobresale el grupo de las sinagogas toledanas representado por la de Santa María la Blanca, del siglo XIII, con cinco naves separadas por arcos de herradura semicirculares sobre pilares y decoración típicamente almohade, y la de Nuestra Señora del Tránsito, del siglo XIV; la sinagoga del Corpus Christi, de Segovia.
Entre las torres, con ventanas en arco de herradura apuntado o lobulado como Santo Tomé, San Miguel el Alto y Santa Leocadia, en Toledo, Illescas...
Entre los edificios de carácter civil destaca, en el siglo XIV, la Puerta del Sol, de Toledo, la Puerta de Toledo, en Ciudad Real.
En el siglo XIV y principios del siglo XV se construyeron en la capital toledana palacios, que tanto en sus portadas como en los interiores adoptaron las formas mudéjares. Entre las portadas destaca la del palacio del rey don Pedro, el Palacio de Fuensalida. Por su ornamentación interna, Taller del Moro y la Casa de Mesa, y fuera de Toledo, el palacio de Tordesillas (hoy convento de Santa Clara, de mediados del siglo XIV).
2. Andalucía.- La influencia gótica-cristiana se funde con las técnicas y formas almohades y granadinas. En las portadas usan el arco apuntado con arquivoltas, con escasa decoración escultórica. Las torres siguen un tipo derivado de los alminares almohades con la característica decoración de red de rombos en recuadros. Los templos más representativos son, entre otros, la iglesia mayor de Lebrija, Santa Marina de Sevilla, San Miguel de Córdoba, la Capilla de la Quinta Angustia, en Sevilla; y las torres de Omnium Sanctorum y Santa Catalina, de Sevilla.
Los claustros de los monasterios emplean el arco de herradura apuntado, o de medio punto peraltado de influencia granadina —monasterio de la Rábida, en Huelva, San Isidoro del Campo, en Santiponce, Guadalupe, irradiación del mudéjar andaluz por Extremadura.
En la arquitectura civil, el edificio más característico es el Alcázar sevillano, erigido por don Pedro el Cruel, en el que se copian y se repiten multitud de motivos ornamentales de la Alhambra granadina. Además la Casa de Pilatos, de fines del siglo XV.
4. Aragón.- Es una zona muy mudéjar debido al gran número de moriscos que en ella habitaban. Muy influenciado por el mudéjar andaluz, más que el toledano. Resalta la intensa decoración de sus templos —interior y exterior— como la fachada de la parroquieta de la Seo, de Zaragoza —siglo XIV—, obra de un maestro sevillano. Menos ornamental hay un buen número de iglesias como Santa María de Maluenda, Morata de Jiloca, la parroquia de Torralba de Ribota, la Magdalena de Zaragoza, Santa Tecla de Cervera de la Cañada.
Las torres, frecuentemente poligonales, muy decoradas, sobresalen la de San Martín y San Salvador de Teruel, Utebo y Calatayud.

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