martes, 6 de julio de 2010

¿En qué aspectos de la cultura destacaron los griegos? ¿Cuál fue la construcción más representativa de la arquitectura griega?


“Los griegos destacaron en todos los aspectos culturales como la guerra.
La construcción más importante fue el faraón”.
(Junio 93. 6º EGB)



Respuesta correcta


En las ciudades griegas se construyeron numerosos edificios públicos, donde los ciudadanos participaban en manifestaciones culturales. Las ciencias tuvieron un extraordinario desarrollo. La Filosofía (130) nació en Grecia, sus representantes más importantes fueron Sócrates (131), Platón (132) y Aristóteles (133). En Literatura sobresalen los poemas épicos de Homero (134), Herodoto (135), Aristófanes (136)... En el campo de las Matemáticas y la Física podemos citar a Pitágoras (137) y Arquímedes (138) respectivamente.
En las polis griegas no había escuelas públicas, pero existían gran cantidad de escuelas privadas a las que los ciudadanos enviaban a sus hijos, previo pago de los servicios del maestro. Los niños aprendían a contar, a leer, a escribir, a tocar instrumentos musicales [flauta, cítara (139)]. Este tipo de escolarización no estaba al alcance de los pobres ni de las mujeres —se ocupaban de las tareas domésticas (140)—. Completaban su formación con la educación física, en los gimnasios.




(130) Conjunto de concepciones acerca de los principios de los seres y de las cosas, sobre el lugar del hombre en el universo, sobre Dios, la historia y, en general, todos los grandes problemas de la metafísica. Este término a lo largo de la historia ha variado: inicialmente era sinónima de saber, desempeñaba el papel actualmente atribuido a las ciencias exactas y a las ciencias humanas, estaba relacionada con la política.
La filosofía apareció con el nacimiento de las grandes civilizaciones, en Europa, en China, en la India (en el primer milenio a.C.); en el Islam surgió con la hégira. En Europa nació en Grecia con los presocráticos: Pitágoras, Heráclito, Demócrito, etc.
La iglesia católica se apoderó de la herencia griega y le dio una nueva forma, la escolástica.
El renacimiento replanteó la herencia grecorromana en términos nuevos —el pensamiento político adquirió un nuevo impulso con las figuras de Maquiavelo; después con Jean Boudin y Thomas Hobbes.
La filosofía moderna se inicia con Descartes (“Discurso del método”, 1637); Spinoza propuso un sistema panteísta, mientras que Leibniz se alejaba del sistema materialista de los átomos. En el siglo XVIII, con Hume apareció el empirismo; Berkeley propuso una filosofía sensualista idealista (inmaterialismo). Con Kant se produjo un retorno al sistema racionalista basado en el recurso de la función crítica de la razón. En el siglo XIX, la novedad más importante la propuso Hegel con el giro que dio al idealismo, introdujo el concepto de dialéctica, que Marx utilizó para sentar las bases de un materialismo histórico y dialéctico. Y por otro lado Comte reintroduce el método positivo. El siglo XX se abre con tres grandes nombres: Marx, Nietzsche y Freud. El primero estableció una conjunción entre la teoría y la práctica, el segundo predijo la liberación del hombre mediante la muerte de Dios y del judeocristianismo y el último descubrió el sicoanálisis. Otros filósofos importantes de este siglo fueron: Bergson (vuelta al espiritualismo), Husserl (fenomenología), Heidegger y Sartre (existencialismo). La renovación de la lógica provino del círculo de Viena y de la filosofía analítica de los anglosajones.
En las últimas décadas, algunos pensadores se han dedicado a profundizar en las ciencias humanas como Lacan, Chomsky, MacLuhan, Lévi-Strauss, Foucault, Eco, Derrida, Deleuze, F. Dagognet...
(131) Sócrates, filósofo griego (470-399 a.C.). No escribió nada, no ejerció como maestro, mientras que un gran número de contemporáneos sacaba provecho de su talento pedagógico. Es conocido este personaje por Aristófanes que le denigra, por Jenofonte que da una imagen simplista de él, por Platón (al parecer su discípulo) que lo sublimó. Sócrates no escribía sino que hablaba y preguntaba, partía de un método que rehusaba todo saber adquirido y que se apartaba de toda certeza que no viniera de sí mismo: la dialéctica. Interrogaba a unos y a otros y hacía descubrir a sus interlocutores una verdad que no sabían que ya conocían (la mayéutica). Acusado de honrar a ortos dioses, de corromper a la juventud; fue detenido, juzgado y condenado a beber cicuta.
Fue admirado por filósofos como Rousseau, Kant, Hegel y aborrecido por Nietzsche.
(132) Platón viajó mucho por Grecia, Egipto, Cirene y el sur de Italia. Estuvo en Siracusa. En el año 387 a.C. fundó la Academia en Atenas.
Su obra comprende veintiocho diálogos —Sócrates era su interlocutor— y se esforzó en definir nociones como la mentira, el deber, la naturaleza del hombre, la sabiduría, la valentía, la amistad, la piedad, la retórica. Entre los años 387 y 361 a.C. escribió Menéxeno, Menón (De la virtud), Eutidemo (De la controversia), Cratilo (De la exactitud de las palabras), El Banquete (Del amor), Fedón, La República (De la justicia), Fedro, Teeteto (De la ciencia) y Parménides. Los diálogos de madurez son El sofista (Del ser), El político, Timeo (de la naturaleza), Critias (La Atlántida), Filebo (Del placer) y Las leyes.
Uno de los aspectos esenciales de la filosofía de Platón es la política. ¿Cuál es el mejor régimen posible (La república), el mejor régimen realizable (Las leyes)? Preguntas cuyas respuestas están inspiradas por el idealismo platónico, que coloca a la filosofía como la mejor dirigente posible de la ciudad (estado).
(133) Aristóteles (384-322 a.C.), filósofo griego. Ingresó en la Acadenia donde enseñaba Platón y permaneció en ella veinte años. Hacia los cuarenta años compuso el diálogo Sobre la filosofía que serviría a muchas generaciones como fuente principal del proyecto aristotélico. Invitado por el rey de Macedonia, Filippo II, ingresó en la corte como preceptor de Alejandro —tenía trece años—. Al acceder al trono su alumno, fundó el Liceo, donde enseñaba paseando y desarrollo una intensa actividad (compuso una veintena de obras).
Gracias a Aristóteles conocemos los logros y las sistematizaciones de sus antecesores, las concepciones de sus contemporáneos y el contenido de sus propios trabajos. Describió más de 400 especies de animales, definió la especie y clasificó a los animales en dos grandes grupos: los vertebrados —les llamaba sanguíneos— y los invertebrados —exagües—. Planteó cuestiones de fondo acerca de la estructura de la materia, la organización de la vida, el poder del espíritu y sus límites, la libertad del hombre y su sentido, la trascendencia de la divinidad y su misterio. Más biólogo que matemático, fundó la anatomía y la fisiología comparadas; creó la lógica. De sus obras de juventud sólo subsisten fragmentos. La tradición recoge con el nombre de Organon sus obras de lógica: las Categorías, De la interpretación, Analíticos primeros y analíticos segundos, los tópicos, Refutaciones de los sofismas. Además de la Retórica y la Poética (en parte) y de Sobre el alma, la antropología de Aristóteles incluye Ética a Eudemo, Ética a Nicómano, Política y Constitución de Atenas. Tiene numerosas obras acerca de la naturaleza: De la generación y la corrupción, Del cielo, los Meteoros, Mecánica, de las partes de los animales, de la generación de los animales, Sobre el caminar, Sobre el movimiento, etc. Tiene varios libros de la Física y la Metafísica.
(134) Homero, poeta épico griego. Cuenta Heródoto que vivió en el siglo IX a.C. Sus poemas gozaron de gran popularidad durante la época Antigua, sirviendo de base para la enseñanza. A partir del siglo XVII se puso en duda su existencia; posteriormente se distinguió en sus dos epopeyas —La Iliada y la Odisea— un núcleo central y primitivo, aumentado por los homéridas. En la actualidad los interrogantes van dirigidos hacia la posibilidad de que se haya tratado de dos autores diferentes.
Sea como fuere, sus epopeyas ocupan un lugar preponderante en la cultura clásica.
(135) Historiador griego. Viajó por Asia, África —remontó el curso del río Nilo hasta la isla Elefantina—, Europa —alcanzó el Bósforo cimerio—. Fijó su residencia en Atenas, trabó amistad con Pericles y Sócrates. En el año 445 a. C. partió junto con colonos atenienses para fundar Turios.
Sus Historias son la fuente principal para el estudio de las guerras médicas. Es considerado como el “padre de la historia”.
(136) Poeta cómico griego (445-386 a. C.). Sus doras, solamente se conservan once, son variaciones satíricas sobre temas de actualidad y defienden las tradiciones contra las nuevas ideas. En “Los acarnenses (421)” es un apologista de la paz, en “Los caballeros (424)” denuncia a los demagogos, a los sofistas en “Las nubes (423)”, las utopías políticas en “La asamblea de las mujeres (392)” y “Las aves (414)”, las ambiciones guerreras en “La paz (421)” y “Lisístrata (411)”, la manía de jugar de los atenienses en “Las avispas (422)”, la evolución del gusto literario en “Las tesmoforiazusas (411)” y “Las ranas (405)”. En “Pluto (388)” nos muestra una alegoría moralizadora que expresa sus preocupaciones sociales.
(137) Matemático y filósofo griego (570-480 a. C.). Fundó una escuela que tuvo gran influencia en el Sur de Italia y en Grecia. Los seguidores —pitagóricos— formaron en Crotona una asociación científica, filosófica, política, religiosa; se dedicaron al estudio de las matemáticas, la astronomía, la música, la fisiología, la medicina. Creían que el número era el principio de todas las cosas y aprendieron a reconocer en todos los ámbitos la armonía universal. La política de los pitagóricos era teocrática, aristocrática y conservadora; consideraban a la anarquía el mayor de todos los males.
La aritmética pitagórica se limita a los números enteros, identificados con conjuntos discretos de unidades y representados por conjuntos de puntos. Estos números representados se clasifican en triángulos, cuadrados, etc., según la forma de la configuración geométrica que les corresponda. A los pitagóricos se les atribuye el descubrimiento de la inconmensurabilidad de la diagonal y del lado de un cuadrado o del pentagrama.
Merece especial mención el teorema de Pitágoras, según el cual si un triángulo ABC es rectángulo en A, entonces BC2=AB (elevado al cuadrado) + AC (elevado al cuadrado). Así como la tabla de multiplicación de doble entrada que puede ser adaptada a cualquier ley de composición:


(138) Nació y murió en Siracusa (287 a. C.-212 a. C.). Ideó y llevó a cabo un método para obtener el número pi, con una aproximación tal que le sirvió para la medida de los polígonos regulares inscritos y circunscritos. Perfeccionó el sistema numérico griego, aportando un método cómodo para representar los grandes números. Llevó a cabo los primeros trabajos de geometría infinitesimal (área de un segmento de parábola, la de un sector de la espiral al que asignaron su nombre, la de la esfera, la del cilindro, etc.). Estudió los sólidos engendrados por la rotación de elipses, parábolas e hipérbolas alrededor de sus ejes. En mecánica se le atribuye la invención del tornillo sin fin, de la polea móvil, de las muflas y de las ruedas dentadas; estableció la ley de la palanca. En física, es el fundador de la estática de los sólidos, de la hidrostática (Tratado de los cuerpos flotantes).
Su famoso principio habría sido elaborado para responder a Hierón, rey de Siracusa, quien le solicitó que averiguara si su corona era de oro puro. Encontró la solución mientras se bañaba y, desnudo, se lanzó a la calle gritando “¡Eureka! ¡Eureka!”.
Durante tres años mantuvo en jaque a la armada de Marcelo, que asediaba Siracusa; hizo construir máquinas para lanzar piedras, saetas; se dice, aunque parece dudoso, que incendió las naves de los sitiadores por medio de un sistema de espejos planos combinados. Murió durante la toma de la ciudad.
(139) Instrunento musical de la antigua Grecia, es una forma perfeccionada de la lira pero con caja de resonancia de madera.
(140) Las mujeres aunque fueran hijas o esposas de ciudadadnos libres, no podían intervenir en la política, ni votar; estaban excluídas de la mayor parte de la vida pública — no podían asistir a las competiciones deportivas—; al teatro sí iban. Solamente se les permitía heredar cuando no había ningún heredero varón. Su vida se restringía al ámbito doméstico: las ricas permanecían en sus casas cuidando el hogar, supervisando a los esclavos. Salían de vez en cuando como para acudir a ceremonias religiosas, funerales, matrimonios. Normalmente se recluían en sus habitaciones llamadas gineceo, allí se encontraban los telares, las cunas de los bebés, sus lechos. Sólo las hetairas (damas de compañía y únicas mujeres cultas) participaban en las reuniones masculinas, discutiendo sobre filososfía, música... La mayoría de ellas eran extranjeras o prisioneras de guerra.
Las mujeres que pertenecían a las clases populares eran vendedoras, nodrizas o comadronas.
Veamos a continuación un escrito de Jenofonte (Económico, siglo IV a.C.) que corrobora lo dicho anteriormente:
“Tu obligación será recogerte en casa, hacer salir a los esclavos ocupados en los trabajos externos a la mansión, vigilar a los que faenan dentro de ella, recibir lo que se traiga, distribuir lo que se ha de gastar; prever lo que ha de quedar sobrante y velar para que el presupuesto de un año no se malgaste en un mes. Cuando te traigan lana, debes cuidar de que se hagan vestidos a los que lo precisen; también has de procurar que el grano se conserve comestible. Si un esclavo enferma, debes procurar que sea atendido”.
Durante la infancia, el futuro tanto de los hijos como de las hijas estaba en manos de su padre, tenía la máxima autoridad sobre ellos. Cuando un bebé nacía, la madre lo entregaba a su padre y éste decidía si se le dejaba vivir o no. Si el nacimiento era de una niña se acogía con cierta tristeza o desinterés —muchas recién nacidas eran abandonadas—. No iban a la escuela, eran analfabetas —fue en la época helenística cuando se abrieron las aulas para ellas.
Permanecían en sus casas y sus mamás las enseñaban a hilar, tejer, cuidar de la casa. Se casaban muy jóvenes, con trece o catorce años, y a su marido, generalmente mucho mayor que ellas, lo elegía el padre de la adolescente. El principal objetivo del matrimonio era tener un hijo (preferiblemente varón).
Usaban las túnicas en los vestidos que podían ser de dos tipos: peplos y el quitón. La primera estaba hecha con un trozo rectangular de lana, se sujetaba a los hombros con broches y se ajustaba a la cintura con un cinturón. El quitón estaba confeccionado con lino, era más fina y ligera que el peplos y con el dobladillo cosido. Durante el invierno se abrigaban con mantos (himation). Usaban también la tolia, sombrero redondo de ala ancha para protegerse del sol y de la lluvia. En la cabeza, para protegerse del frío, se colocaban el cecrífalo —especie de pañuelo—. Como calzado llevaban sandalias y pantuflas.
En verano, en los días que el sol lucía en su plenitud, portaban un parasol llamado esciadion —también serviría para protegerse de la lluvia.
Las mujeres griegas eran muy coquetas, se preocupaban mucho de su aspecto físico. Las cremas, las lociones eran habituales; pretendían desaparecer las manchas en la piel, pecas, arrugas; aceites para protegerse del sol o para hacer crecer el pelo. Se teñían de rubio porque era un color de pelo poco frecuente por aquellas latitudes, se pintaban los labios, se coloreaban las mejillas, se empolvaban de blanco la cara (nota de distinción entre la aristocracia), se depilaban, se perfumaban —los perfumes eran hechos con flores y una base de aceite—, se adornaban con joyas de todo tipo: sortijas, diademas, collares, pendientes, pulseras, anillas para los tobillos.

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