martes, 15 de febrero de 2011

Celebraciones


La P.G.A. ideal del C. P. Toscal-Longuera


Me gusta la palabra “maestro”. Está llena de connotaciones, más bien románticas —lo reconozco—, pero me hace creer en la comunicación humana. Es algo a lo que dedicaría parte de mi vida. Y procuraría hacerlo lo mejor posible. Mis principios no sé si son pedagógicos, pero sí vitales respecto a la educación. Se podrían condensar en esta pequeña historia:

Todo comienza cuando uno piensa que tiene algo que transmitir a los demás, cuando está en paz consigo mismo lo suficiente para poder ayudar a otros y llegar al equilibrio. A partir de aquí... todo puede suceder.

El profesor/a: Una persona con esperanza y vocación humanitaria, dispuesta a compartir su saber y su experiencia.
El alumno/a: Un retazo de vida, que crece hacia un horizonte tan amplio como le dejan ver sus semejantes.
Los objetivos, fundidos en pocas palabras: Que sea una persona libre y feliz, capaz de elegir su propio destino.
Los contenidos: La senda que ha de desear caminar mientras viva.
Y el resto será lo más y lo menos: La aventura que deseará leer y contar después.
Hablaremos de los griegos, del porqué de los mares, del último cantante... Quizás pregunte cuál es la verdadera religión... Una tarde le contaré de los misterios de la vida... En un recreo, el más tímido tal vez nos sorprenda con un bello poema... Jugaremos todos hasta que ninguno empuje a otro, hasta que crean, en lo más hondo, que la libertad propia se limita cuando se interfiere la del otro... Quizás alguno plasme su imaginación en una pared y tenga que explicarle la necesidad de una ley...
Y mientras hablamos y miramos las páginas de un libro, él/ella irá eligiendo de qué y de quién llenar su vida.
Un buen día me replicará: “Yo no estoy de acuerdo con eso porque...” Ese será un gran día. Y pensaré: “Ya sabe caminar solo. Pronto habrá despedida”.

“Tus ojos brillan con el sol, los míos se nublan por un instante, y entre los dos hace puente un arco-iris. Confieso que te extrañaré. Estoy triste porque ya te quería y me alegro porque no te vas solo. Gracias. Tú también me has enseñado muchas cosas”.


FELICIDADES
(29.11.96)

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